Un comunicado de ProMED-mail
<http://www.promedmail.org>
ProMED-mail es un programa de la
Sociedad Internacional de Enfermedades Infecciosas
<http://www.isid.org>
Fecha: 27 de diciembre, 2011
Fuente: The Wall Street Journal Americas
<http://online.wsj.com/article/SB1000...on_VidayEstilo:
[Editado por Jaime Torres y Jorge González]
Una queja muy común después de un viaje en avión es que alguien nos
contagió de gripe durante el vuelo.
Algunas investigaciones han mostrado que los viajeros aéreos sufren de
tasas más altas de infecciones. Un estudio sugirió que el riesgo de
contagiarse de un resfrío aumenta en 20% y la temporada de fin de año,
en particular, es propicia para la transferencia de gérmenes, ante el
aumento del volumen de pasajeros.
Con frecuencia se apunta al aire que recircula dentro de la cabina
como el responsable. Pero diversos estudios han demostrado que los
filtros de aire de alta eficiencia (HEPA, por sus siglas en inglés)
instalados en la mayoría de las aeronaves actuales pueden capturar
hasta 99,97% de las partículas bacterianas y virales. De todos modos,
cuando se apaga la circulación del aire, lo que algunas veces pasa
durante largas esperas en tierra o por períodos cortos cuando los
pasajeros están abordando o saliendo del avión, las infecciones se
pueden propagar de manera descontrolada.
Un famoso estudio de 1979 encontró que un 72% de los 54 pasajeros de
un avión que permaneció parado con sus motores apagados y sin circular
aire durante tres horas se enfermaron al cabo de dos días. La variedad
de la gripe que sufrieron los viajeros fue rastreada hasta identificar
a un pasajero como el caso índice. Por esa razón, la Administración
Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés)
emitió una advertencia en 2003 a las aerolíneas diciendo que los
pasajeros deberían ser sacados de un avión en un lapso de 30 minutos
si el aire no está circulando. El problema es que el cumplimiento de
esta advertencia no es obligatorio.
Zonas de contagio
Buena parte del riesgo se genera en las bocas, narices y manos de los
pasajeros que están sentados cerca. La zona de peligro de contagio se
expande en un radio de dos sillas a su costado, espalda o frente, de
acuerdo con un estudio presentado en Julio de este año por la revista
Emerging Infectious Diseases, una publicación de los Centros para el
Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en
inglés)
Algunos factores aumentan las probabilidades de aterrizar con una tos
o una gripe de recuerdo. El ambiente a 10,000 metros de altura
facilita el contagio de enfermedades. Para empezar, el aire en los
aviones es extremadamente seco y los virus suelen prosperar en
condiciones de baja humedad. Cuando las membranas mucosas se secan,
son mucho menos efectivas en el bloqueo de infecciones. Cuando está a
una mayor altitud, el cuerpo se cansa y la fatiga aumenta la
susceptibilidad a un resfriado.
Igualmente, los virus y las bacterias pueden sobrevivir por horas
sobre algunas superficies. Se ha encontrado que algunas partículas
virales son activas incluso después de un día. Las bandejas de comida
y los bolsillos en los espaldares de los asientos (que muchas veces
son el depósito de pañuelos usados, servilletas y basura) pueden ser
particularmente contaminantes. También es difícil saber qué clase de
gérmenes merodean en las almohadas y cobijas de las aerolíneas.
Aunque investigaciones han mostrado la facilidad con la que una
enfermedad puede propagarse (la gripe H1N1 en 2009 y el síndrome
respiratorio agudo severo, SRAS, en 2003, son los mejores ejemplos),
otros estudios han concluido que el riesgo percibido para los viajeros
es mayor que el riesgo real. Además, la mayoría de la gente que se
sienta junto a alguien enfermo, probablemente no se contagiará. De
todos modos, existen algunas precauciones básicas que los pasajeros
pueden tomar para mantener a raya los virus.
Hidratación: beber suficiente agua y mantener los pasajes nasales
húmedos con un aerosol con solución salina puede reducir los riesgos
de infección.
Manos limpias: aplique gel desinfectante con alcohol con frecuencia. A
menudo nos autoinfectamos al tocar con las manos bocas, narices u ojos
que han estado en contacto con otras superficies.
Paños desinfectantes: use uno para limpiar la bandeja de comer antes de usarla
Bolsillos del espaldar: simplemente evítelos.
Ventilación: abra la rejilla de ventilación y ubíquela de modo que el
aire pase en frente de su cara. El aire filtrado del avión puede
desviar partículas contaminadas lejos de usted.
Asientos: si quedó sentado cerca a alguien que tose, estornuda o
parece que tiene fiebre, cámbiese de asiento. Esto puede no ser
posible en vuelos llenos, pero vale la pena intentarlo. Un estornudo
puede producir hasta 30.000 gotas que pueden ser propulsadas hasta dos
metros de distancia.
Circulación: quéjese con la tripulación si la circulación de aire es
suspendida por un período extendido de tiempo.
Almohadas y cobijas: evítelas, si es que se las dan.
"Si toma las precauciones apropiadas, no debería tener problema", dijo
el doctor Mark Gendreau, del Centro Médico Lahey, de Boston. "En la
mayoría de los casos, nuestro sistema inmunológico hace lo que está
diseñado a hacer: protegernos de las infecciones".
Peligros escondidos
¿Cree que el avión es malo? Los puntos de seguridad albergan un montón
de peligro también, dicen investigadores.
La gente es apilada en filas, donde abundan los tosidos y los
estornudos. Los zapatos y otras pertenencias deben ser puestos en
recipientes de plástico que usualmente no son limpiados después de
cada uso.
Un panel de la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU. lleva seis
meses de un estudio planeado a dos años que toma muestras de áreas de
aeropuertos para intentar determinar dónde están las oportunidades de
infección.
Los aeropuertos y las aerolíneas, que sufren por estos días de
recursos limitados, han pedido a los investigadores que ayuden a
hallar la mejor forma de focalizar la prevención, dijo el doctor
Gendreau, que forma parte del panel. Los quioscos de facturación y las
áreas de equipaje son los sospechosos principales, además de las filas
de seguridad, dijo el médico.
Comunicado por: Jaime R. Torres <torresjaime@cantv.net>
-- ProMED-ESP
[Comentario:
Millones de pasajeros se desplazan a muchos lugares del mundo en
cuestión de unas horas, llevando no solamente sus ilusiones de viaje,
sino también sus gérmenes. El transporte de la más diversa variedad de
mercancías y productos también permite la diseminación de vectores, de
manera tal que casos de malaria en Europa en inmediaciones de
aeropuertos han dejado de ser una rareza. Tener los aviones lo
suficientemente limpios en todo momento es obligación para las
compañías aéreas, lo cual se cumple la mayoría de las veces. Sin
embargo, existen escenarios en los cuales pueden añadirse más
problemas. Ocasionalmente, los vuelos se atrasan; y el avión tiene que
salir con premura sin haber sido adecuadamente higienizado; o, por
otro lado, a veces hay retrasos de vuelos y los pasajeros tienen que
pasar largo rato en la cabina sin una adecuada circulación de aire,
esperando el despegue. También, aparte de las recomendaciones de
seguridad, deberá instruirse a los pasajeros para que los bolsillos de
la parte posterior de los asientos no sean utilizados como basureros.
En más de una ocasión nos hemos encontrado alguna sorpresa
desagradable. El reporte aquí presentado es una buena revisión de un
tema que cobra cada vez mayor importancia. Moderador Jorge González]
-----
ProMED-mail
..................................jt
<http://www.promedmail.org>
ProMED-mail es un programa de la
Sociedad Internacional de Enfermedades Infecciosas
<http://www.isid.org>
Fecha: 27 de diciembre, 2011
Fuente: The Wall Street Journal Americas
<http://online.wsj.com/article/SB1000...on_VidayEstilo:
[Editado por Jaime Torres y Jorge González]
Una queja muy común después de un viaje en avión es que alguien nos
contagió de gripe durante el vuelo.
Algunas investigaciones han mostrado que los viajeros aéreos sufren de
tasas más altas de infecciones. Un estudio sugirió que el riesgo de
contagiarse de un resfrío aumenta en 20% y la temporada de fin de año,
en particular, es propicia para la transferencia de gérmenes, ante el
aumento del volumen de pasajeros.
Con frecuencia se apunta al aire que recircula dentro de la cabina
como el responsable. Pero diversos estudios han demostrado que los
filtros de aire de alta eficiencia (HEPA, por sus siglas en inglés)
instalados en la mayoría de las aeronaves actuales pueden capturar
hasta 99,97% de las partículas bacterianas y virales. De todos modos,
cuando se apaga la circulación del aire, lo que algunas veces pasa
durante largas esperas en tierra o por períodos cortos cuando los
pasajeros están abordando o saliendo del avión, las infecciones se
pueden propagar de manera descontrolada.
Un famoso estudio de 1979 encontró que un 72% de los 54 pasajeros de
un avión que permaneció parado con sus motores apagados y sin circular
aire durante tres horas se enfermaron al cabo de dos días. La variedad
de la gripe que sufrieron los viajeros fue rastreada hasta identificar
a un pasajero como el caso índice. Por esa razón, la Administración
Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés)
emitió una advertencia en 2003 a las aerolíneas diciendo que los
pasajeros deberían ser sacados de un avión en un lapso de 30 minutos
si el aire no está circulando. El problema es que el cumplimiento de
esta advertencia no es obligatorio.
Zonas de contagio
Buena parte del riesgo se genera en las bocas, narices y manos de los
pasajeros que están sentados cerca. La zona de peligro de contagio se
expande en un radio de dos sillas a su costado, espalda o frente, de
acuerdo con un estudio presentado en Julio de este año por la revista
Emerging Infectious Diseases, una publicación de los Centros para el
Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en
inglés)
Algunos factores aumentan las probabilidades de aterrizar con una tos
o una gripe de recuerdo. El ambiente a 10,000 metros de altura
facilita el contagio de enfermedades. Para empezar, el aire en los
aviones es extremadamente seco y los virus suelen prosperar en
condiciones de baja humedad. Cuando las membranas mucosas se secan,
son mucho menos efectivas en el bloqueo de infecciones. Cuando está a
una mayor altitud, el cuerpo se cansa y la fatiga aumenta la
susceptibilidad a un resfriado.
Igualmente, los virus y las bacterias pueden sobrevivir por horas
sobre algunas superficies. Se ha encontrado que algunas partículas
virales son activas incluso después de un día. Las bandejas de comida
y los bolsillos en los espaldares de los asientos (que muchas veces
son el depósito de pañuelos usados, servilletas y basura) pueden ser
particularmente contaminantes. También es difícil saber qué clase de
gérmenes merodean en las almohadas y cobijas de las aerolíneas.
Aunque investigaciones han mostrado la facilidad con la que una
enfermedad puede propagarse (la gripe H1N1 en 2009 y el síndrome
respiratorio agudo severo, SRAS, en 2003, son los mejores ejemplos),
otros estudios han concluido que el riesgo percibido para los viajeros
es mayor que el riesgo real. Además, la mayoría de la gente que se
sienta junto a alguien enfermo, probablemente no se contagiará. De
todos modos, existen algunas precauciones básicas que los pasajeros
pueden tomar para mantener a raya los virus.
Hidratación: beber suficiente agua y mantener los pasajes nasales
húmedos con un aerosol con solución salina puede reducir los riesgos
de infección.
Manos limpias: aplique gel desinfectante con alcohol con frecuencia. A
menudo nos autoinfectamos al tocar con las manos bocas, narices u ojos
que han estado en contacto con otras superficies.
Paños desinfectantes: use uno para limpiar la bandeja de comer antes de usarla
Bolsillos del espaldar: simplemente evítelos.
Ventilación: abra la rejilla de ventilación y ubíquela de modo que el
aire pase en frente de su cara. El aire filtrado del avión puede
desviar partículas contaminadas lejos de usted.
Asientos: si quedó sentado cerca a alguien que tose, estornuda o
parece que tiene fiebre, cámbiese de asiento. Esto puede no ser
posible en vuelos llenos, pero vale la pena intentarlo. Un estornudo
puede producir hasta 30.000 gotas que pueden ser propulsadas hasta dos
metros de distancia.
Circulación: quéjese con la tripulación si la circulación de aire es
suspendida por un período extendido de tiempo.
Almohadas y cobijas: evítelas, si es que se las dan.
"Si toma las precauciones apropiadas, no debería tener problema", dijo
el doctor Mark Gendreau, del Centro Médico Lahey, de Boston. "En la
mayoría de los casos, nuestro sistema inmunológico hace lo que está
diseñado a hacer: protegernos de las infecciones".
Peligros escondidos
¿Cree que el avión es malo? Los puntos de seguridad albergan un montón
de peligro también, dicen investigadores.
La gente es apilada en filas, donde abundan los tosidos y los
estornudos. Los zapatos y otras pertenencias deben ser puestos en
recipientes de plástico que usualmente no son limpiados después de
cada uso.
Un panel de la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU. lleva seis
meses de un estudio planeado a dos años que toma muestras de áreas de
aeropuertos para intentar determinar dónde están las oportunidades de
infección.
Los aeropuertos y las aerolíneas, que sufren por estos días de
recursos limitados, han pedido a los investigadores que ayuden a
hallar la mejor forma de focalizar la prevención, dijo el doctor
Gendreau, que forma parte del panel. Los quioscos de facturación y las
áreas de equipaje son los sospechosos principales, además de las filas
de seguridad, dijo el médico.
Comunicado por: Jaime R. Torres <torresjaime@cantv.net>
-- ProMED-ESP
[Comentario:
Millones de pasajeros se desplazan a muchos lugares del mundo en
cuestión de unas horas, llevando no solamente sus ilusiones de viaje,
sino también sus gérmenes. El transporte de la más diversa variedad de
mercancías y productos también permite la diseminación de vectores, de
manera tal que casos de malaria en Europa en inmediaciones de
aeropuertos han dejado de ser una rareza. Tener los aviones lo
suficientemente limpios en todo momento es obligación para las
compañías aéreas, lo cual se cumple la mayoría de las veces. Sin
embargo, existen escenarios en los cuales pueden añadirse más
problemas. Ocasionalmente, los vuelos se atrasan; y el avión tiene que
salir con premura sin haber sido adecuadamente higienizado; o, por
otro lado, a veces hay retrasos de vuelos y los pasajeros tienen que
pasar largo rato en la cabina sin una adecuada circulación de aire,
esperando el despegue. También, aparte de las recomendaciones de
seguridad, deberá instruirse a los pasajeros para que los bolsillos de
la parte posterior de los asientos no sean utilizados como basureros.
En más de una ocasión nos hemos encontrado alguna sorpresa
desagradable. El reporte aquí presentado es una buena revisión de un
tema que cobra cada vez mayor importancia. Moderador Jorge González]
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